El síntoma que presentan con más frecuencia los enfermos con cáncer avanzado es la fatiga o astenia. (Evidence based symptom control in palliative care). Es fuente de preocupación para enfermos y familiares.
Cuando
aparece hay que descartar que su causa no sea una de las recogidas en la
Tabla 1. Si se han descartado todos los posibles orígenes
susceptibles de tratamiento, solo queda su abordaje farmacológico.
Hemos decidido revisar el abordaje farmacológico del alivio
de la fatiga en pacientes con cáncer
avanzado.
La bibliografía más consultada en mi entorno es una Guía de Práctica
Clínica de cuidados paliativos (GPC) desarrollada por OSTEBA (Servicio de
Evaluación de Tecnologías Sanitarias del Servicio Vasco de Salud) y que forma
parte de las Guías de Práctica Clínica del Sistema Nacional de Salud. Está disponible durante la guardia y es motivo de consulta
habitual.
Allí nos reafirma que es el síntoma más frecuente de los Cuidados Paliativos (CP). En el
momento que se publicó la guía (2008) no existía una revisión sistemática que
evaluara los fármacos susceptibles de ser beneficiosos. Aun así la guía
recomienda los corticoides (Prednisona 20-40 mg/día) al haber sido usados
ampliamente. Declara de forma explícita que los psicoestimulantes no resultaron
eficaces. También que los corticoides son eficaces en el tratamiento de la
astenia y anorexia en pacientes en CP aunque las citas que aporta son tres
revisiones sistemáticas para el síndrome de caquexia-anorexia. Decides revisar,
dada la inconsistencia de las pruebas, en The Cochrane Library. Encuentras la revisión: Minton O, Richardson A, Sharpe M,
Hotopf M, Stone P. Drug
therapy for the management of cancer-related fatigue. Cochrane Database of Systematic
Reviews 2010, Issue 7. Art. No.: CD006704. DOI: 10.1002/14651858.CD006704.pub3.
Entras en Cochrane plus y pulsas el enlace a la actualización en inglés.
De todos los fármacos que revisa: piscoestimulantes,
eritropoyetinas y similares, antidepresivos y progestágenos, solo los primeros
aparecen como eficaces (Fig1)
En realidad los psicoestimulantes hoy en día solo se dan a
niños hiperactivos y son fármacos que no tienen buena prensa por su asociación
a un mal uso (anteriormente se usaron en dietas de adelgazamiento) o a su
abuso.
Como en la anterior entrada a este blog vamos a dar por
supuesto que no existan importantes sesgos metodológicos que imposibiliten su
aplicabilidad.
Vamos a fijarnos en la figura 1. El análisis que hace es una
diferencia estandarizada de medias. Esto quiere decir que las unidades de
medida de los diferentes estudios fue distinta y han mezclado de forma ponderada los
diferentes resultados. Compruebas que el resultado que es el diamante final es
significativo porque no toca la línea de no significación que es el 0 en la
diferencia de medias. Después revisas el valor de la heterogeneidad, que es la
estimación del grado de diferencias de los estudios. Viene dado
estadísticamente por la I2. Esta es de 0, lo que significa que al
menos estadísticamente no sugiere que existan diferencias importantes que
impidan mezclar los resultados y obtener un resultado combinado. Esto no debe
confundirnos porque sabemos que pueden existir diferencias importantes desde el
punto de vista clínico que impidan que asumamos que es una población
“parecida” la de todos los ensayos. El tipo de tumor, el estadiaje, la edad media, el estadio
funcional, el estadio basal para la fatiga, las dosis de los fármacos, el
distinto seguimiento, etc. Vamos a repasar alguna de ellas. Revisas las tablas
de la revisión y descubres que en todos los estudios menos en Auret
que usó el “Brief Fatigue Inventory” se usó la escala FACIT-F para medir la
fatiga. Auret,
Bruera,
Lower
incorporaban cualquier tipo de tumor en los ensayos. Butler
solo tumores cerebrales y Mar
Fan enfermas con cáncer de mama. Las dosis de Auret,
Bruera
y Butler
eran de 20 mg de Metilfenidato mientras que en Lower
eran de 5 mg de Dexmetilfenidato y de 10
mg de Metilfenidato. Auret
y Bruera
tuvieron los seguimientos mas cortos, de una semana, mientras que Butler
y Lower
se siguieron hasta 8 semanas y en Mar
Fan se siguieron hasta 12 semanas. Lower
y Mar
Fan se interrumpieron precozmente por no poder incorporar a mas enfermos.
La mayoría de los estudios incorporaron enfermos con un ECOG bajo o con PS
también muy bajo con buena calidad de vida. Aunque no sabemos si la situación
basal de estos enfermos para la fatiga sería muy parecida a la de tu entorno. Hay
una forma de saber la magnitud de la ganancia en la escala del FACIT-F mediante una simulación. Eliminar el único estudio que no
puede estar en este tipo de análisis (Auret)
pues es el que no usa este tipo de escala de medida. En esta simulación el valor resumen
es aun mejor, con una rebaja de 3 puntos y medio en el grado de fatiga forma
significativa (pues tampoco llega al valor de 0). (Fig.2)
Se trata de saber si una diferencia del FACIT-F de 2 puntos
como presenta la revisión ó en este caso de mas de 3 puntos además de estadísticamente
significativa representa diferencias clínicas importantes. Buscas en PubMed y
efectivamente es así. (Cella).
¿Qué sabemos de los efectos secundarios? La revisión nos
dice que no hay mas efectos secundarios en el grupo de tratamiento que en los
grupos de placebo. Sin embargo lo que más nos interesa es saber de forma
desagregada qué pasa con los efectos adversos que pueden empeorar la calidad de
vida en los enfermos en esta circunstancia, como taquicardia, crisis de
ansiedad, insomnio, o anorexia. No lo sabemos, no lo describen. Habría que ir a
los estudios individuales y extraer esta información. Buscamos en PubMed y
encontramos los resultados: (Tabla 2)
La frecuencia de efectos adversos no es significativamente
diferente salvo para las nauseas. Hay
que ser cautos porque podrían estar infrarepresentados por el escaso tiempo de
seguimiento, el pequeño tamaño muestral y el propio diseño de los estudios que
contemplaron seguridad como un resultado secundario o marginal. De hecho
algunos resultados resultan cuanto menos paradójicos, como el que la
taquicardia sea más frecuente en el grupo placebo que en el de la anfetamina (Bruera)
Una vez mas, tienes la misma sensación. No hay buena
información próxima, pues la Guía Clínica, como la mayoría de ellas que no se
actualizan cada uno o dos años está obsoleta, cuando no presenta conflictos de
intereses no declarados. Has buscado y encontrado información de calidad en la
revisión sistemática, a pesar de lo cual te ha sido insuficiente y has tenido
que acabar revisando información desde estudios primarios. Hay evidencia de su
efectividad en enfermos y has encontrado que es clínicamente relevante, pero
hay que contar los posibles efectos adversos: nauseas, ansiedad, taquicardia, insomnio, pérdida de apetito.
Al final decides que probablemente solo lo aplicarías en
enfermos con una muy buena calidad de vida, activos y en los que la astenia
supusiera una merma en su relación con
su entorno de trabajo, ocio o familia. Estos enfermos con buena calidad de
vida, PS o ECOG bajos, son los que raramente manejas en tu entorno.
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